viernes, 18 de diciembre de 2009

Perros para Terapia: procesos de selección



Selección de perros para terapia



No todo perro es apto para llevar a cabo la terapia. En primer lugar, todos los animales que consideramos potencialmente aptos como perros para terapia son sometidos a control veterinario para ver su estado de salud, posibles síntomas de enfermedad... Además a su llegada se les realiza un primer examen para detectar posibles patologías de comportamiento, ver si posee fobias, agresividad... que lo hagan inestable emocionalmente; en cuyo caso estos animales serán desestimados al n

o superar la selección. A los animales que vemos con posibilidades para destinarlos a perros para terapia se les adiestra con juegos específicos, se les enseña a acompañar, a escuchar, a dar cariño y no pedir nada a cambio. Desde su llegada se les educa enseñándoles a disfrutar de la compañía humana, a estar pendientes de con quién están jugando, a quien acompañan, al trabajo que el perro va a realiza después. Este perro, dependiendo de su edad es sometido a una educación específic

a para que responda a las 4 órdenes básicas: "Sentado", "Tumbado", "Quieto", "Junto".



Socialización de los perros para terapia



Posteriormente estos perros son llevados a alguna familia especial, con el objetivo de que los perros se acostumbren a una vida familiar, y sigan practicando los juegos y las órdenes aprendidas. Todo este proceso de socialización se realiza con un especial cuidado, tanto en

la elección de la familia a la que va, como en el perro que se lleva, debido a que es un punto delicado y un fallo puede echar a perder todo el proceso de selección de perros para terapia.

A estos perros desde un principio se les integra en un ambiente familiar, en contacto con personas mayores y niños. Que no estén aislados sino que permanezcan con gente y con otros animales, para que así sigan practicando los juegos aprendidos entre ellos, mejorar su traba

jo en grupo y aprender a vivir en comunidad, y compartir su espacio.






Perfil de los perros para terapia


Sabemos que cada perro, al igual que las personas, a pesar de ser de una determinada raza tiene su propio carácter y personalidad, por lo que ponemos especial hincapié en seleccionar el perfil o ejemplar adecuado para cada caso de terapia que vayamos a realizar. Posteriormente se les realiza un test donde medimos su atracción social, su fidelidad, su dominancia-sumisión, su dignidad, su sensibilidad sonora y visual. A través de todo esto pretendemos seleccionar unos perros para terapia de estructura fuerte, ágil y activo, pero sobre todo que tenga un buen carácter, inteligente, que aprenda con facilidad, que sea sociable, paciente y amable, sobre todo con el tipo de personas, con las que va a realizar la terapia. En ocasiones, en función del trabajo que vayan a realizar, se prefieren con un perfil de talla media para que así puedan resultar más accesibles a personas que están en cama, a otras personas que permanecen en silla de ruedas... En definitiva, hacer más fácil la realización de la terapia con perros.



Cuidados de los perros para terapia



Los perros para terapia, son los co-terapeutas o verdaderos terapeutas, son vacunados anualmente contra la rabia, como dice la legislación vigente, y también contra parvovirus, moquillo, hepatitis, tos de las perreras, entre otras enfermedades. A los perros para terapia se les realizan desparasitaciones periódicamente, y mientras realizan la terapia se le practican desparasitaciones internas y externas una vez al mes. También es bañado con champú desinfectante semanalmente, y especial para perros, además de realizar correspondientes analíticas para verificar su negatividad a ciertas zoonosis (Leishmania, Filariosis...) que los podrían descartar. Estos perros para terapia siguen una alimentación especial, fundamentalmente durante la época que realizan el trabajo de terapia, se les alimenta siempre con alimentos extrusionados de gran calidad. Los días que estos perros trabajan, antes de las visitas para realizar la terapia se les limita la ingesta nutricional habitual, para completarla posteriormente, a su regreso de la terapia, reforzándola periódicamente con complementos vitamínicos. Es importante que los perros estén bien cuidados y tengan siempre agua limpia y fresca. Siempre controlamos el estado sanitario de los perros para terapia, nos aseguramos que no sean sometidos a daños físicos o psicológicos por parte de otras personas, o procesos que lo inestabilicen para la realización de la terapia. Y periódicamente, mientras trabajan, se les realizan evaluaciones, para comprobar que siguen siendo estables y válidos (1).





REFERENCIA


1 - Sergio A. Otal Escartin. Perros para Terapia: procesos de selección.

Fecha de la consulta: 03/12/2009

Disponible en: http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=184

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